Samantha Hudson vuelve a estar en el ojo del huracán. La marca Doritos ha puesto fin a la colaboración que, al parecer, tenía con la activista trans por unos tuits ofensivos que ésta publicó en 2015 y que han provocado que algunos usuarios de las redes sociales llamaran al boicot de la marca. Ante el aluvión de críticas, Hudson ha compartido un mensaje tratando de explicar los comentarios que escribió entonces.
La relación laboral con la marca no está del todo clara. Algunos medios hablan de que Hudson era embajadora de Doritos. Sin embargo, la revista ‘Rolling Stones’ asegura que la marca ha confirmado que tan solo se trataba de una colaboración puntual en la que Hudson aparecía en un vídeo publicitario en Instagram, el cual ya ha sido eliminado.
En cualquier caso, Hudson publicó en 2015 una serie de mensajes ofensivos en Twitter, tales como: «Quiero hacer cosas gamberras, como meterme a una niña de 12 años por el ojete» o «Acabo de pasarle la lengua a mi prima pequeña por la vagina y me ha sonreído. Los más pequeños también merecen placer». Aunque la activista trans niega que este último sea real; el resto, sí los reconoce.
Tras las numerosas críticas recibidas, Samantha Hudson ha tratado de justificarse en un mensaje que ha compartido en redes sociales. «A pesar de haberlos escrito cuando era menor, en un contexto donde la tónica general de las redes sociales era hacer el humor negro más bruto y desorbitado que pudieras, y tratando de llamar la atención con temas muy desafortunados, creo que son comentarios totalmente fuera de lugar, desagradables y ofensivos», ha explicado.
Hudson ha querido aclarar que estos comentarios no los escribió de forma seria y que tampoco reflejan su opinión. «Pretendía ironizar con el posicionamiento más extremo y opuesto a la postura ética y moralmente correcta con respecto a esos temas», ha señalado, y añade: «No pienso así y no pensaba así entonces».
No obstante, Hudson considera que se están utilizando estos mensajes para «arremeter» contra su «identidad de género» y cree que se está intentando «generar un relato perverso» para acusarla de «pederastia». Se posiciona, además, en lo que opina que está siendo un «escarnio público con una clara tendencia ideológica».
«Me responsabilizo de lo que escribí, pero no puedo evitar expresar también lo injusto que me parece que se esté juzgando de forma tan desorbitada a una persona por unas publicaciones que hizo hace nueve años cuando aún era menor de edad», ha subrayado.