Jimmy Giménez Arnau: el irreverente «exyerno» de Franco que convirtió los lujos, la rebeldía y la provocación en su sello personal

Tras habernos dejado el pasado 17 de septiembre, Joaquín José Víctor Bernardo Giménez-Arnau Puente, conocido popularmente como Jimmy Giménez Arnau, ha dejado un magno legado televisivo.

En una entrevista que llevaba por titulo «Jimmy Giménez-Arnau contra los Franco», y publicada el 29 de abril de 1981 en el periódico Baleares, reconocía ser «un bohemio, un vividor, un golfo». Y es que, habiendo transcurrido cuatro años de su primer divorcio con María del Mar Martínez-Bordiú y Franco, hermana de Carmen Martínez-Bordiú y Franco, y nieta de Francisco Franco, había declarado la guerra contra los duques de Franco. Ducado que puestos a hablar, fue suprimido en 2022 con la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática. A principios de la década de los 80, publicó su libro «Yo. Jimmy (Mi vida entre los Franco)» del cual logró colocarse en esa época como uno de los libros más conocidos en la península. Tanto es así, que tras su separación, hizo de su pasado con la familia de los Franco una parte primordial de su identidad pública, hablando abiertamente de su matrimonio y de las tensiones que había vivido en la familia. En numerosas entrevistas y tertulias televisivas, lanzó comentarios mordaces sobre su experiencia, lo que le catapultó a su fama de irreverente, provocadora y polémica. 

Entrevista de 1981 en Baleares sobre su ensayo «Yo Jimmy (Mi vida entre los Franco). Prensa Histórica, Ministerio de Cultura.

En la época resultaba contradictorio la unión entre Marry Bordiú y Franco con Jimmy Giménez. España estaba viviendo el proceso de transición hacia la democracia, y la boda con un miembro de la familia Franco provocó controversia y numerosas opiniones encontradas. En un país que estaba dejando atrás un estado abiertamente fascista, Giménez-Arnau, que se caracterizaba por su irreverencia y sus dinámicas provocadoras, no acababa de encajar en el molde conservador del entorno franquista, lo que aumentaba su tensión con la familia.

De todos modos, su etapa dentro de la unidad familiar fascista no estuvo exenta de todos los lujos y privilegios asociados al ducado. Pudo participar en eventos sociales y fiestas de la alta sociedad en los que la familia tenía roles primordiales. Muchos de estos eventos eran espacios de poder y exclusividad a los que pocos tenían las puertas abiertas y que facilitaban en gran medida acceder a círculos de contactos políticos y empresariales influyentes en el estado.

Si ir más lejos, la propia boda fue celebrada en el Pazo de Meirás o también conocido como las Torres de Meirás. Un complejo señorial situado en el término municipal de Galicia (en Sada), en la provincia de La Coruña. Lo mandó construir la escritora Emilia Pardo Bazán, y fue «detraído» en la Guerra Civil por Francisco Franco y posteriormente, de manera irregular pasó a formar parte del patrimonio de los herederos.

Fachada del Pazo de Meirás en la actualidad

Pero fue un año más tarde, concretamente hasta el 31 de julio de 1982, cuando realizó declaraciones publicas en el Diario Regional Aragón, para aseverar que no volvería a hablar nunca más de la familia, pues ya había rehecho su vida con la que sería su nueva novia llamada Bárbara, hija de un acaudalado banquero. «He decidido no hablar ni una palabra más sobre la familia Franco» declaraba al mismo tiempo que decía que su nueva residencia -Mallorca- era una enclave importantísimo para la Tercera Guerra Mundial. «La Tercera Guerra Mundial está al caer y Mallorca es un enclave importantísimo. Esto será como Casablanca fue durante la Segunda Guerra Mundial y es preciso estar preparados, porque no hay segunda sin tercera. Incluso esto se llenará de espías rubias y de inmigrantes morenos de sol. Nos vamos a divertir en la isla», decía en su entrevista siguiendo su estela de generador de titulares.

Entrevista en el diario regional Aragón de 1982. Prensa Histórica, Ministerio de Cultura

Pero este hecho no fue el único eje vertebrado de la vida del escritor y tertuliano. Él consciente del personaje que había construido, lo que hizo fue explotarlo aún más. Su actitud polémica le permitió mantenerse en el foco mediático durante muchos años. Logró imponerse como una figura habitual e imprescindible de la televisión española, donde desataca su estilo provocador, su lenguaje coloquial y mordaz y por encima de todas las cosas su disposición para decir lo que pensaba sin filtros ni pelos en la lengua.

Fueron varios los programas que protagonizó enfrentándose a otros colaboradores con su habitual sarcasmo e incluso su humor negro, lo que contribuyó de una manera u otra a forjar ese ideario de «enfant terrible» de los medios de comunicación. Uno de los momentos más icónicos protagonizados y recordado durante mucho tiempo, fue la escena en radio Onda Cero con Norma Duval y su famoso zapatazo en directo en el programa «Protagonistas» en 1992. La vedette enfada por los comentarios provocadores de Giménez-Arnau, perdió la paciencia y le lanzó uno de los zapatos de tacones que llevaba puestos, golpeándole en la cabeza. Este altercado se popularizó y se convirtió en una de las anécdotas más destacadas y mediáticas de la radio en la década de los noventa.

En definitiva, Giménez-Arnau fue un personaje complejo y polémico, que fue más que una figura del entretenimiento. Fue un periodista y escritor que contribuyó de forma notable con columnas de opinión impregnadas de su particular estilo ácido. Aunque su vida personal y sus constantes enfrentamientos en la esfera pública fueron lo más conocido de él, también dejó escritos que reflejaban su aguda crítica social, e incluso política. Podría a llegar a considerarse uno de los personajes que comenzó a ver la televisión como un juego de entretenimientos, reiventando el periodismo. Al final transcurrió como uno de los precursores y defensores a ultranza de abrir espacios para los personajes irreverentes en los medios de comunicación audiovisuales, estableciendo un precedente en la forma en que se manejaban las tertulias y el entretenimiento televisivo. Muchos compañeros en la actualidad, siguen hablando de él, y rememorando no solo entrevistas, sino críticas sociales realizadas por el propio Giménez Arnau. Haciendo hincapié en ese constante rechazo a la conformidad, sin dejar el efecto sorpresa que tanto le caracterizaba, así como generador de conversaciones y nuevos titulares.

Deja tras de sí, una impronta única y original en la historia de los medios.

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